De la enfermería a los postres que conquistan corazones
En cada emprendimiento hay una historia que late fuerte, hecha de retos, decisiones y sueños que se transforman en realidad.

Así es la vida de Génesis Montes, una joven venezolana que llegó a Madrid hace apenas dos años y que hoy ha logrado convertir su pasión por la repostería en un proyecto que despierta sonrisas y genera recuerdos dulces en cada cliente.
De profesión enfermera, Génesis conoce de primera mano lo que significa cuidar, acompañar y sanar. Pero también entiende que existen otros lenguajes para transmitir amor, y el suyo es la cocina. “Uno de mis lenguajes del amor es cocinar”, afirma con seguridad. Esa chispa fue la que la llevó a iniciar un camino inesperado: dejar que el azúcar, la harina y la creatividad se convirtieran en las herramientas para levantar un emprendimiento que hoy conquista paladares de diversas nacionalidades en España.
Su historia es la de muchas mujeres valientes que emigran, que se reinventan en tierra nueva y que encuentran en sus talentos la posibilidad de levantar un negocio propio. En su caso, el resultado se llama “Dulce Dosis”, una marca que combina dos mundos en apariencia opuestos, pero profundamente complementarios: la enfermería y la pastelería.
El origen de un sueño
Todo comenzó en Caracas en 2019, en medio de un momento difícil. Génesis atravesaba una etapa de depresión y buscaba una forma de canalizar sus emociones. Fue entonces cuando decidió preparar una torta para el cumpleaños de un amigo. “Nunca había hecho una torta —ríe al recordarlo— ni siquiera sabía hacer una básica, pero me atreví”.
El resultado fue sorprendente: aunque la presentación no era perfecta, el sabor dejó a todos fascinados. Esa primera experiencia le demostró que había algo especial en ella. Y lo que parecía un simple detalle se convirtió en un punto de inflexión.
Impulsada por la buena recepción, compartió la foto de la torta en Instagram y de inmediato amigos y compañeros comenzaron a preguntarle si aceptaba pedidos. Así nació Cake Lovers Caracas, su primera marca, que le abrió el camino en la repostería. Por varios años atendió cumpleaños, reuniones y celebraciones, llevando dulzura a decenas de hogares.
Sin embargo, la crisis económica venezolana la obligó a cerrar ese capítulo y emigrar a España. Aunque la decisión fue dura, también fue la oportunidad de comenzar de nuevo. Y Génesis lo sabía: su don no podía quedarse guardado.
Sabores que traspasan fronteras
Ya en Madrid, y tras superar los retos de adaptación que enfrenta cualquier migrante, decidió volver a encender el horno y a rescatar su esencia. “Haré tortas tres leches”, se dijo, convencida de que ese clásico venezolano sería la mejor manera de reconectar con sus raíces.
La aceptación fue inmediata. Primero sus amigos cercanos se convirtieron en sus clientes, luego el círculo se amplió gracias a su constancia en redes sociales, especialmente en TikTok. Y poco a poco su propuesta cruzó fronteras: no solo los venezolanos buscaban sus postres, también colombianos, dominicanos y españoles comenzaron a probar sus creaciones.
La estrella indiscutible es la Torta Tres Leches, pero no está sola. Con recetas de zanahoria y chocolate, Génesis ha logrado sorprender a quienes la prueban por primera vez. “Las personas han quedado encantadas”, comenta emocionada, recordando los mensajes de satisfacción que recibe después de cada entrega.
Más que vender tortas, ella ofrece momentos de alegría compartida. Cada bocado representa la unión de culturas, la nostalgia de la tierra natal y la celebración de lo auténtico.
De su cocina a la puerta de tu casa
Uno de los grandes diferenciales de Dulce Dosis está en la experiencia completa que ofrece a sus clientes. No se trata solo de encargar un postre, sino de recibir un producto que transmite dedicación en cada detalle.
“Procuro que mis productos sean frescos y de calidad, con ingredientes seleccionados y un servicio que incluye la entrega sin costo adicional”, explica. Esta atención al cliente se ha convertido en su mejor carta de presentación. Quienes prueban sus postres no solo repiten, sino que recomiendan su trabajo a otros.
Organizar la producción no ha sido fácil. Cada pedido implica esfuerzo, logística y creatividad. Pero Génesis disfruta el proceso porque sabe que detrás de cada entrega hay una familia reunida, una celebración especial o un momento cotidiano que se vuelve inolvidable. “Mis clientes saben que cuando reciben una torta de Dulce Dosis no es un producto más, sino algo que he preparado como si fuera para mi propia familia”, añade.
Este cuidado ha generado un vínculo cercano y de confianza que le ha permitido diferenciarse en un mercado competitivo como el de la repostería en Madrid.
Dulce Dosis: un proyecto con futuro
Hoy, Génesis mira al futuro con ilusión. Eligió el nombre Dulce Dosis porque refleja su identidad: una mezcla entre la enfermera que cuida y la repostera que endulza. Ambas facetas la definen, y ambas conviven en este proyecto que no deja de crecer.
Su meta es clara: abrir una pastelería propia en Madrid, un espacio acogedor donde la gente pueda disfrutar de tortas, cafés y experiencias dulces en un ambiente cercano y divertido. “Este sueño sigue adelante y quiero que cada postre sea un recordatorio de que siempre podemos reinventarnos”, dice con una sonrisa que refleja entusiasmo y determinación.
Más allá de la repostería, Dulce Dosis es un ejemplo de emprendimiento con propósito. Una muestra de cómo la pasión, la perseverancia y el amor pueden convertirse en la receta perfecta para alcanzar los sueños.